September 19, 2021
Muchos project managers siguen pensando bajo paradigmas propios de la era industrial. En una fábrica, el jefe de una línea de producción veía los individualismos como amenazas. Estos jefes se consideraban buenos gestores si eran capaces de conseguir que la producción no dependiese de las personas. No había personas clave y se podían sustituir como las piezas de una máquina.
Contra el riesgo del trabajador que renunciaba, elaboraban la ilusión mental del “pool de recursos”: “Por favor, envíenme para mañana una nueva Carla Pérez, y si es posible, que sea un poco menos conflictiva, muchas gracias.”
¿Es aplicable este modelo cuando hay que dirigir proyectos en un contexto interdependiente? En otras palabras, los integrantes de un equipo de proyecto ¿pueden reemplazarse como las piezas de una máquina?