Inteligencia Artificial en herramientas de Gestión de Proyectos
September 11, 2023

El pasado mes de marzo, Microsoft presentó 365 Copilot, la nueva versión de Microsoft Office sobre GPT-4, con la promesa de que revolucionará el trabajo del conocimiento. Podremos pedirle a Word que redacte un documento, a PowerPoint que prepare una presentación, a Excel que analice unas cifras, a Outlook que responda correos, a Teams que resuma las decisiones tomadas en la reunión, etc., teniendo en cuenta el contexto del trabajador concreto dentro de la organización, las políticas corporativas, la confidencialidad de la información, etc.
Desde entonces, la inteligencia artificial monopoliza los debates sobre las herramientas del trabajador del conocimiento. La innegable mejora de productividad por conversar con un programa que ahorra buscar en Google, y es capaz de responder texto que parece humano, nos ha hecho soñar con avances tecnológicos revolucionarios que cambiarán nuestra forma de trabajar, relacionarnos, opinar, decidir, e incluso pensar por nosotros mismos.
«ChatGPT ahorra buscar en Google y responde un texto que parece humano».
Comprobamos que esta revolución ya está cambiando la industria de la publicidad digital, y con facilidad extendemos estos cambios a otros sectores, como es el caso de las herramientas de gestión de proyectos. Pensamos que la IA puede planificar proyectos, redactar informes, asignar tareas, automatizar avisos y recomendaciones, anticipar problemas, evaluar el desempeño de las personas, analizar tendencias, etc. Damos por hecho que todo esto ya es posible, y nos lanzamos a debatir sobre cuestiones éticas, de seguridad y conformidad.
Cuando volvemos a la realidad de nuestros proyectos, seguimos usando las herramientas de siempre. Los fabricantes dicen que ya incorporan funcionalidades de IA, pues no pueden evitar sumarse a los mensajes de adopción. Usamos las mismas funciones, pero ahora nos parecen más «inteligentes». Por ejemplo: descubrimos un botón para ver la lista de proyectos en rojo, o seguimos un asistente para registrar un riesgo, y eso nos parece inteligencia artificial, pero es el mismo programa de siempre.
A día de hoy, septiembre de 2023, todavía es pronto para hablar de inteligencia artificial en el ámbito de la gestión de proyectos profesional. Para que un software pueda ayudarnos a planificar líneas base de alcance, tiempo y costes, dar seguimiento, sugerir acciones, anticipar problemas, evaluar desempeños, etc., es fundamental disponer de una base de datos de proyectos en el contexto de la organización, alojada en servidores privados de la propia organización. Esta base de datos debe tener registrados suficientes datos, de muchos proyectos, durante más de un año.
Esta base de datos de proyectos debe estar estructurada en un modelo que recoja los hechos de gestión, al nivel de cada departamento, portafolio, programa, proyecto, paquete de trabajo, tarea, requisito, entregable, persona, actuación, decisión, seguimiento, etc. Debe distinguir los diferentes usos que hacen las personas según su rol en el proyecto y, más importante, debe registrar los diferentes estados que ha atravesado el proyecto, seguimiento tras seguimiento.